Nos encontramos en un momento social en el que experimentamos a diario como muchas cosas que teníamos establecidas o controladas se han ido complicando.

En muchos casos, estas complicaciones derivan de nuestra economía y nos vemos en situaciones donde nuestro capital se ve mermado o incluso agotado por los pagos del día a día y la falta de ingresos. Y es entonces cuando entramos en una espiral de angustia en la que nos invaden todas las preocupaciones y preguntas de como lograr continuar.

Pero una vez traspasamos determinados límites y tomamos consciencia de que no podemos revertir esa situación a medio largo plazo es donde entra la opción de declararse insolvente. 

Que implica ser insolvente

Ser insolvente, como la propia palabra indica es cuando nos encontramos con la imposibilidad de hacer frente a las deudas. Es decir, cuando nos quedamos sin liquidez y el pasivo es mayor al activo entrante.

Aunque sabemos que esta opción es de las ultimas a considerar, vamos a detallarte toda la información para que, en el caso de que sea necesario tengas todo lo que necesites a tu alcance.

Requisitos para declararse insolvente

Antes de nada aclarar, que en España pueden declararse insolventes cualquier persona física o jurídica ya sean trabajadores por cuenta propia, autónomos, empresarios o empresas. Para poder hacerlo, deben cumplir los siguientes requisitos:

  • La cantidad de deuda acumulada no puede superar los 5 millones de euros.
  • No puede haber una sentencia firme en contra de la persona que solicita la insolvencia durante los 10 años anteriores a la solicitud. por algún delito relacionado con hacienda, seguridad social o falsedad documental.
  • La deuda acumulada no debe de ser con la Administración Pública (Hacienda y seguridad social).
  • La persona física o autónoma debe de haber incumplido 2 o más obligaciones de pago, durante más de 90 días.
  • El valor acumulado debe suponer el 10% del pasivo total de quien tiene las deudas.

Pasos para declararse insolvente

Una vez conocemos los requisitos para declararnos insolventes el siguiente paso a seguir sería comenzar a proceder con los tramites para oficializar nuestra situación y así poder dejar de acumular deuda y respirar algo más tranquilos.

Los tramites a seguir son los siguientes:

  • En primer lugar, se deberá acudir al Juzgado Mercantil para solicitar la declaración como deudor. Allí requerirán la documentación pertinente que demuestre que la situación es real e irreversible a medio-largo plazo.
  • Una vez presentada toda la documentación será un juez el encargado de dictaminar si esta es valida y demuestra su insolvencia.
  • En el caso de ser aceptada, se abre un nuevo proceso que comienza a regular su situación a través de la Ley Concursal.
  • Entra en juego la figura del profesional llamado: Administrador Concursal, quien intentará negociar las deudas de quien se ha declarado insolvente. Su objetivo es llegar a un acuerdo y establecer un convenio que regule los plazos y aplazamientos. En el caso de que no sea posible, también establecerá que parte del patrimonio del deudor liquidará para saldar parte de la deuda.
  • Una vez pasado el periodo establecido y aprobada la insolvencia, se paralizará el pago de todos los intereses que se estuvieran acumulando.

Ley de la segunda oportunidad

Una de las ventajas que tiene declararse insolvente, además de dormir mejor por las noches sabiendo que no se sigue acumulando deuda es el hecho de poder acogerse a la Ley de la segunda oportunidad.

Como funciona

Esta ley permite a cualquier persona insolvente poder liquidar todas sus deudas de forma 100% legal. Fue aprobada en el año 2015 gracias a las nuevas políticas de la Unión Europea.
Su objetivo principal es rescatar a todas las personas que se ven afectadas de manera abrupta por los cambios económicos y situaciones inesperadas.

Dependiendo de nuestra situación de insolvencia, y solo cuando ya hemos sido declarados insolventes se procede a negociar con los distintos acreedores la posibilidad de reducir la cantidad de deudas y pagar el resto de forma fraccionada.
También existe la posibilidad de que, en aquellos casos extremos, solicitar a través de un juez el 100% de la cancelación de las deudas.

Conclusión

En definitiva, debemos comprender que declararse insolvente no es una opción que tomar para deshacerse de las deudas de forma fácil y rápida. Pero si es una alternativa viable para cuando nos encontramos ante una situación en la que nos es imposible vislumbrar futuro y no queramos pasarnos el resto de nuestra vida condicionados por situaciones o errores pasados, que en muchas ocasiones se escapan de nuestro control y capacidades.