Durante un concurso de acreedores, uno de los aspectos más importantes es la gestión de los bienes y activos de la empresa en cuestión. La finalidad de esta gestión es garantizar que los acreedores puedan recuperar parte o la totalidad de las deudas que se les adeudan.

La ley concursal y el administrador concursal

En primer lugar, es importante tener en cuenta que la gestión de los bienes y activos de una empresa en concurso de acreedores está regulada por la Ley Concursal. Esta ley establece las reglas y procedimientos a seguir para garantizar que el proceso sea justo y transparente.
El proceso de gestión de los bienes y activos de una empresa en concurso de acreedores comienza con la declaración del concurso. En ese momento, se nombra a un administrador concursal que se encargará de gestionar los bienes y activos de la empresa.

Valoración de los bienes y activos de la empresa

La función principal del administrador concursal es valorar los bienes y activos de la empresa y determinar su valor de mercado. Para ello, se lleva a cabo una tasación de los bienes y activos, con el objetivo de conocer su valor real.

Gestión de los bienes y activos

Una vez que se ha tasado el valor de los bienes y activos de la empresa, el administrador concursal tiene que decidir cuál es la mejor forma de gestionarlos para maximizar el valor que se pueda obtener de ellos. En algunos casos, puede ser necesario vender los bienes y activos para obtener el dinero necesario para pagar a los acreedores. En otros casos, puede ser más rentable seguir operando la empresa y obtener ingresos a largo plazo.

Proceso de subasta pública

Si se decide vender los bienes y activos, se lleva a cabo un proceso de subasta pública. En este proceso, se establece un precio mínimo de venta y se invita a los interesados a presentar sus ofertas. El objetivo es obtener el mejor precio posible por los bienes y activos de la empresa.

El plan de viabilidad

En el caso de que se decida seguir operando la empresa, el administrador concursal tiene que hacer una evaluación detallada de la situación financiera de la empresa y elaborar un plan de viabilidad. Este plan tiene como objetivo garantizar que la empresa sea capaz de generar ingresos suficientes para pagar las deudas que se adeudan a los acreedores.

En algunos casos, puede ser necesario reducir costes, vender activos no esenciales o incluso reducir la plantilla de la empresa. El objetivo es hacer que la empresa sea más rentable y sostenible a largo plazo.

La imparcialidad del administrador concursal

Es importante tener en cuenta que el administrador concursal tiene la responsabilidad de actuar de manera imparcial y en interés de todos los acreedores. Por lo tanto, debe tomar decisiones que garanticen los derechos de los acreedores y aseguren que se maximice el valor de los bienes y activos de la empresa.

El administrador concursal debe informar regularmente a los acreedores sobre el progreso del concurso de acreedores y proporcionarles la información necesaria para que puedan tomar decisiones informadas.

Conclusión

La gestión de los bienes y activos de una empresa durante un concurso de acreedores es un proceso complejo que está regulado por la Ley Concursal. La función principal del administrador concursal es valorar los bienes y activos de la empresa y decidir la mejor forma de gestionarlos para garantizar que los acreedores puedan recuperar parte o la totalidad de las deudas que se les adeudan. Ya sea a través de un proceso de subasta pública o de la elaboración de un plan de viabilidad, el objetivo es maximizar el valor de los bienes y activos de la empresa. Es importante destacar que el administrador concursal tiene la responsabilidad de actuar de manera imparcial y en interés de todos los acreedores, y que debe informar regularmente a los acreedores sobre el progreso del concurso de acreedores.